Aún no te pagan y ya te están pidiendo más…

Aún no te pagan y ya te están pidiendo más…

A lo largo de mi carrera como diseñador he tenido la fortuna de experimentar con todo tipo de clientes, sería imposible tener la suerte de encontrar siempre clientes perfectos, así que hoy les comparto algo que encontré y que define exactamente una de esas experiencias imperfectas y de las cuales solemos sentirnos avergonzados por actuar de buena fe. Lee con atención, puede que en este momento lo estés viviendo.

 

Noviembre 18, 2011
Por Leonora Varo

Regresando al tema principal de este blog ahora comparto con ustedes una técnica que utilizan algunos malos clientes para tenerte “enganchado”.

Me sucedió hace muchos años: ya llevaba un rato correteando a un cliente buscando su visto bueno sobre las últimas correcciones que realizé a su interminable proyecto, me daba largas, no me tomaba la llamada… hasta que me cansé y me ocupé de tiempo completo en otros proyectos, casi un año después ¡oh sorpresa: me llamó de nuevo! me saludó como si fuera su persona favorita en el mundo y me dió 80 excusas de porqué se había desaparecido… y le creí. Ahora me llamaba porque andaba apuradísimo con un nuevo proyecto que le urgía. Cuando yo le mencioné que aún me debía el pago anterior me dijo que había dado instrucciones para que me pagaran, pero me explicó que había tenido problemas de “extravío” de dinero con su anterior asistente, y que él no sabía que me debía dinero, además me convenció de que ese antiguo proyecto nunca se llevó a cabo y que no usaron el material que yo había diseñado, PERO que él era una “persona de honor” y me iba a cubrir los honorarios pactados. Me pidió mi número de cuenta y me solicitó que por favor comenzara con el nuevo proyecto y que no me preocupara por la nueva cotización, que él estaba dispuesto a pagar lo que fuera necesario y que estaba consiente de que una urgencia saldría más cara.
Al día siguiente recibí un depósito por sólo la tercera parte de lo que me debía, pero lo tomé como una buena señal y comenzé a trabajar en el nuevo proyecto. Justo cuando lo terminé mi papá me insistió en que no entregara nada hasta que me pagaran completamente lo que me debían, así que muy amistosamente llamé al cliente para solicitarle el saldo del primer pago, antes de hacerle entrega del nuevo trabajo. Para mi crédula fortuna el fulano inventó que sólo me depositaría otra tercera parte porque su cuenta no le permitía hacer pagos mayores a X cantidad, pero que sin falta recibiría el resto al día siguiente. Así que, oh, mensa de mí, le envié los archivos del nuevo proyecto y, sobra decir, jamás volví a saber nada de él.
Obviamente todo lo que me dijo eran mentiras, hasta pena me da escribirlo ahora. Esta historia tenía todos los indicios de acabar mal, muy mal. Lo peor del caso es que sentí que tenía tatuada en la frente la palabra IDIOTA y tardé un rato en sentirme diferente.
Otra variante de este tipo de abuso es cuando te piden un nuevo trabajo sin haberte pagado el anterior, te solicitan un nuevo proyecto y te pagan el primero, así siempre te tienen enganchado trabajando en algo nuevo para que te paguen el anterior. La única forma de librarte de este círculo vicioso es decirle al cliente: -Con mucho gusto tomaré su nueva solicitud, pero antes necesito que pague el monto que adeuda.- Y luego es importante que seas inflexible y no permitas que te marée con explicaciones de ningún tipo. Cuando ya esté saldado el adeudo podrás, si te conviene, comenzar un nuevo proyecto o de plano no iniciar una nueva etapa con alguien que ya probó ser un mal cliente.

First time shame on you, second time shame on me! o lo que es lo mismo: “La primera vez que me engañas ¡mal por tí! la segunda vez ¡mal por mí!”

 

 

Posteado originalmente en: Clientes malos; Berrinches de una diseñadora